"Si leo este artículo de la nada, mi primera reacción sería que estaba loco", dice Mike Brown, un astrónomo del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, que formó parte del equipo de investigación. "Pero si nos fijamos en las pruebas y las estadísticas, es muy difícil que fuera haber otra conclusión."
Alessandro Morbidelli, especialista orbitales-dinámica de la Universidad de la Costa Azul en Niza, Francia, que ha revisado el documento en detalle, dice: "absolutamente convencido" de que existe el planeta. Otros no están tan seguros.
"He visto muchas, muchas afirmaciones en mi carrera", dice Hal Levison, científico planetario en el Instituto de Investigación del Suroeste en Boulder, Colorado. "Y todas ellas han sido erróneas."
¿Y como han llegado a esta conclusión? Pues calculando las perturbaciones gravitatorias producidas por los cuerpos distantes del Sistema Solar como por ejemplo Sedna. Todo esto empezó en el año 2014 cuando se descubrió el KBO 2012VP113, a partir de ahí hicieron sus cálculos y les salió esto:
El problema es que no se puede confirmar con un vistazo de un telescopio, no se sabe, si existe, donde se encuentra exactamente y aún así también sería muy difícil poder verlo, ya que la luz que pueda llegar de él debe ser muy muy ínfima.
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